miércoles, 31 de agosto de 2016

Amor tirano ¡pónte a un lado!

Escuché ayer el discurso de investidura de Mariano Rajoy. Hoy escucho la intervención de Pedro Sanchez. Y en este momento estoy escuchando la replica de Rajoy a Sanchez... Y ¿que escucho? Mis cansados oídos oyen "cánticos viejos"...

Mi interior se vuelve al Dios de Jesús de Nazaret. Ese Dios que pretende "nuevos cielos y nueva tierra", donde more para siempre jamás la paz y la justicia, la justicia y la paz.

Hubo un tiempo en el que en mi ingenuidad me dije: es posible el cambio de la realidad desde la conquista del poder. Hoy caigo en la cuenta de que sólo era posible su lavado de cara. Y veo claro, en palabras de Gongora, que,

"Un torre fabriqué 
Del viento en la raridad, 
Mayor que la de Nembrot, 
Y de confusión igual. 
Gloria llamaba a la pena, 
A la cárcel libertad, 
Miel dulce al amargo acíbar, 
Principio al fin, bien al mal. 
Déjame en paz, Amor tirano, 
 Déjame en paz."

Por ello me quedo con Jesús de Nazaret, y las líneas de actuación de su "gobierno" que buscan la felicidad de los que no lo son a través de la justicia que se expresa en la ayuda mutua entre los seres humanos. Los pobres, los hambrientos y los que lloran son los singulares protagonistas y recipientes  del "programa de gobierno" mesiánico. Ellos y ellas son los que marcan el camino del mundo nuevo según el Dios de Jesús de Nazaret.

De ahí, y por la fe que profeso, deseo entonar un cántico nuevo: "Que se alegre el cielo y se goce la tierra, que retumbe el mar y cuanto lo llena; que el campo entero se llene de gozo, que griten de júbilo los árboles del bosque, delante del Señor que viene dispuesto a gobernar la tierra. Él juzgará al universo con justicia y a los pueblos con su fidelidad" (‭‭Sal.96:11-13‬ ‭BTI). Este es un cántico que obra el milagro de sembrar en la tierra la semilla de la justicia, " y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz"  (‭‭Sgo.3:18‬ ‭RVR1960‬‬).

Por ello, dejó a un lado "los amores tiranos" que propician los poderes de este mundo, y opto por el amor divino que se mostró en la vida, mensaje, muerte y resurrección del Cristo de Dios. Soli Deo Gloria

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